jueves, 11 de junio de 2009

llamado a licitación...




las licitaciones en mi país,... encima con 60 años de peronismo.
En mi provincia, bueno, por lo menos en la que vivo hace 35 años y que han nacido mis hijos y nietos; hay actualmente una obra en construcción que se licitó, bla bla bla, y un cartel dice entre otras cosas monto de la obra 52.963.000 $, plazo de ejecución 720 días, etc etc. Se cumplieron los plazos de ejecución, ya, dos veces. Luego de presiones aceptadas por el poder ejecutivo de la provincia, de parte de la cofradía del poder judicial, además de poner 9 millones más de pesos en agrandar y actualizar esa obra, se va a hacer cargo de las rejas innecesarias y de algunas rampas y cortinas, en fin. Y, digamos, nada interesa la opinión de los profesionales de la arquitectura que diseñaron ese edificio, y trataron de hermosearlo lo mejor posible, y que se oponen a cambios que sacan de contexto la obra pensada con buen criterio. Esto es algo permanente en la obra pública del peronismo. Hacen nogocio de ida y de vuelta, digamos como moyano, van cargados de ida y de vuelta. Cuando hay dudas "democráticas", licita, cuando puede haber un gran negocio, licita, cuando necesitan divisas para algo, licita, cuando se cae de maduro un arreglo o una obra inevitable, licita, total está el negocio asegurado. Solo lo que puede estar en duda es cual será la empresa agraciada, "ganadora", adjudicataria, y socia del gobernante de turno, que además es siempre la misma gente. Pero además licitan cuando hay cantidad de guita de créditos del bid por ejemplo, para hacer tantas obras en el ámbito de la educación. Y ahí tragan a boca llena otra vez.
Casualmente en esa misma esquina, donde se emplaza ya el nuevo edificio del poder judicial de la provincia de la pampa, hace años, varios, quizá 25 años, el mismo poder político, las mismas personas responsables del mismo, y que hoy siguen estando en los mismos cargos y son compañeros del mismo partido político, arrasaron con toda la arboleda de Eucaliptos biminalis, que había, y que se continuaba hasta la ciudad de Toay, sin escuchar a nadie, ni siquiera a técnicos de su rincón que por supuesto no estaban de acuerdo con semejante barbaridad. Ejemplares de 60-70 años de edad, similares a los que actualmente están por la ruta 35 saliendo para el norte de la ciudad de Santa Rosa, después del aeropuerto, fueron vilmente sacados, y otros mutilados. Ni hablar del primer tramo de ruta, hasta la famosa rotonda de Algas, y su continuación hasta el pueblo vecino: se ha cobrado cantidad de muertes en pocos años. Tamaña estupidez solo cabe en las cabezas de ellos, creerán que son cosas necesarias por el progreso, ¿que progreso?, ellos si lo hacen, enriqueciéndose con las obras, porque las empresas agraciadas son de ellos, aunque estén a nombre de otros, o reciben sus dividendos a cambio de los trabajos, que por supuesto salen en dinero varias veces más de lo que deberían salir trabajando honestamente. Pero en estas latitudes es imposible esto, con esta gente, con esta mentalidad. Ni hablar de la industria preparada para abastecer, por ejemplo las casas fo.na.vi. Estas terminan saliendo varias veces más de lo que realmente cuestan.
Supe trabajar en changas, con el comisionista de la empresa villalonga furlong, antes de establecerse acá, en nuestra ciudad. De los vagones del ferrocarril, antes de que le echara mano el peronismo de turno, traíamos mercadería fletada por la empresa y repartíamos por toda la ciudad. Uno de los clientes principales era el gobierno de la provincia. O mejor dicho la empresa marinelli, cuyos bultos de papelería los llevábamos directamente al barco comandado por los muchachos de siempre. Bueno, viene al tema porque estában metidos, dichos bultos, dentro de licitaciones, al estilo argentino, que ni siquiera pasaban por el edificio de la empresa "agraciada". Luego de un tiempo de changuear, saltó, por alguna razón un funcionario por arreglos con dicha empresa, o por diferencias con algún otro funcionario. O casualidad, terminó trabajando al poco tiempo en la empresa reconocida en la provincia, de hace decenas de años. Cosas que pasan en este mundo complejo de las licitaciones argentinas.

domingo, 7 de junio de 2009

retrocediendo miles de años



La decisión está tomada hace ya algún tiempo; de salir a conocer algunos lugares, a escalar lo que se pueda dentro de las posibilidades de la mayoría, a pasarla bien, con amistad, compartiendo. La mayoría somos conocidos hace por lo menos 20 años y hemos trabajado juntos por el mismo tiempo, y parece que descubrimos ahora esta necesidad, o estuvo siempre oculta y por fin salió más tarde a la luz para manifestarse con toda su alegría. Primero fué un viaje a las Sierras de Córdoba, para fines de octubre de 2008, lindo, hermoso, por momentos escalofriante. Un viaje discutido, porque iba a ser al norte de la provincia, al Uritorco, pero resultó después de varios parlamentos a las Altas Cumbres. Luego surgió la charla, y se habló nuevamente del norte para luego frustrarse. Triunfó la postura del Cañón del Atuel. Por algo será, pero todo llega, y un viaje ahí es enevitable.



Acá, en la foto de arriba se notan los años detrás de las personas, en la rocas sin fin, miles y miles, aunque no tanto como las Altas Cumbres, y el trabajo de erosión de las aguas en distintas formas de su estado físico. Encarar la subida del Cañón es temible, no alcanzan los ojos y el asombro, las máquinas digitales no dan abasto tratando de retratar todo lo que se vé. La sensación del viaje a través de este lugar, hasta El Nihuil, es de retroceder en el tiempo. De arriba, desde la garganta del cañón, se puede observar realmente el trabajo del agua, de la temperatura, de la fuerza de los elementos naturales oradando la meseta en la altura. El río Atuel, que a nuestra pampa no llega por caprichos políticos, cavó en esa meseta una grieta llena de hermosura, de vericuetos y energía. El resultado está a la vista. Apenas pudimos ver miles de objetos, y después tratar de ordenar inconsientemente, a la vuelta del viaje, paisajes que no entendíamos, aventuras increíbles, conductas inverosímiles.
Pero, bueno, el Cañon está ahí, podemos volver mil veces a visitarlo, al río, a las centrales, los camoatis colgando de las piedras, el rafting, las caminatas, los cactus en la trepada hasta el pueblo, y seguirá un millón de años más casi en el mismo sitio.