martes, 3 de junio de 2008

Y justo en el último bocado mordes la pimienta


La rentabilidad del suelo es de “toda la Nación”
El presidente de la comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados, Alberto Cantero hizo una encendida defendidas de las medidas anunciadas para el campo, y aseguró que de las distintas variables de rentabilidad que genera la actividad agropecuaria "la correspondiente a los recursos del suelo argentino es de toda la Nación argentina". En diálogo con Télam, Cantero -ex rector de la Universidad Nacional de Río Cuarto- analizó el concepto en el que se basan las retenciones y la necesidad de redistribución de la riqueza, y destacó que los ingresos de los argentinos de cualquier nivel y actividad "son de una quinta parte de lo que cada uno de ellos percibiría en el exterior, por lo que no es justo que los productores rurales aspiren a ingresos tan superiores".Asimismo cuestionó la actividad de alrededor de 2.000 pooles de siembra constituidos por fondos de inversión "desconocidos", que "desplazan a pequeños y medianos productores nacionales que aspiran al mismo negocio, logran rentabilidades muy superiores a las de Estados Unidos o Europa y degradan nuestros campos". "Para entender lo que ocurre en la discusión con el agro hay que tener en cuenta distintas variables. La primera es el ingreso de los argentinos en pesos, que es muy inferior al que ganaría cualquiera en Estados Unidos o Europa. Un médico, un científico, un obrero o un comerciante gana acá una quinta parte de lo que ganaría afuera. ¿Por qué debería un chacarero tener ingresos de nivel internacional?" se preguntó. "La renta del campo es en parte debida al trabajo del chacarero, en otra a la inversión en capital, tecnología e insumos de ese productor y también es generada por la productividad natural de nuestros suelos. Así, todo lo que corresponda al trabajo del agricultor y su inversión en capital es del productor. Pero de la renta de la tierra argentina, le corresponde sólo una parte, porque el resto es de toda la Nación", agregó. Y las retenciones "son el tributo de la totalidad del pueblo como conjunto nacional, de ese conjunto cuyo nivel de ingresos no es el mismo del internacional. La soja que se vende afuera debe tributar a la Nación por la productividad de su suelo", añadió. (Telam)
Dejemos que los vendepatrias coman a boca llena, quizá tenemos suerte y aunque sea en el último bocado les toca la pimienta.
Evidentemente acá está resumido el concepto que tienen los legisladores representados en este caso por el presidente de la comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados de la Nación, Alberto Cantero. O sea, nada de hablar de la tenencia de la tierra, nada de la necesaria Reforma Agraria, esto es pecado para ellos de solo pensarlo, nada de la nacionalización de la Banca y el Comercio Exterior. Queda todo como intocable, inamovible, solo tienen la culpa de los males los chacareros que quieren más y más. No es así, no mientan más. Hay cantidad de proyectos, cajoneados por la mayoría de siempre, para revolucionar el campo argentino, y convertirlo en un arma poderosa de desarrollo nacional. Pero no tienen interés, nunca lo tuvieron, solo echar las culpas de los males argentinos a chacareros que quieren más y más, para cambiar su 4x4. Ni les importa que la usan para tracción y que seguramente es vehículo único. Ni les interesa saber, o hacer proyectos para facilitarle al trabajador del campo que es ese pequeño y mediano dueño de campo, que no puede renovar la potencia de sus tractores, necesaria para obtener la renta, incorporar genética nueva a sus rodeos, pagar en algunos casos asesoramiento profesional que el Estado se niega a realizar. Lo que sucede que ellos ven las 4x4 de los guachitos oligarcas que viven paseando su soberbia por las rutas argentinas, por las playas, por sus miles de Has revisando la hacienda y los peones. Pero se olvidan que son iguales a las suyas, obtenidas de soberbios auto sueldos y de otros ingresos inconfesados. Y que son minoría en número de personas o de familias, pero mayoría en número de Has y renta nacional. Bueno, lo mismo sucede con los legisladores que permiten estas cosas o mejor dicho legislan en consecuencia para seguir con este orden establecido, son una minoría que obtiene grandes ingresos sin ningún costo, ante una mayoría de ciudadanos argentinos que a costo de seguir pasando su vida miserablemente siguen recibiendo ingresos tan solo para subsistir. Y todo esto en el país de la abundancia, donde se rompen récord de cosechas años tras año, donde la renta nacional es cada vez más grande. Muy simple la explicación: la renta se la quedan unos pocos personajes, o sociedades anónimas, que maniobran con los impuestos, las retenciones, el IVA, las exportaciones, las diferencias de precios, el mercado a término. En fin, el libre mercado es para eso: la especulación lisa y llana. El libre juego de la oferta y la demanda, excusa para la acumulación cada día más grande de riquezas. Y un elemento nuevo: la compra de grandes extensiones de territorio argentino con dinero propio de la renta nacional, y un atractivo más importante para estos nuevos “inversores”, la entrega de subsidios por parte del gobierno nacional y el fruto rentista de la creciente y eterna deuda externa.
El diputado piensa mucho en como resolver o explicar lo que es muy sencillo. Si el gobierno permite que existan los pools de siembra, ( hay más de 2000?, estamos todos locos), es directa responsabilidad del gobierno, si permite que siga la actual tenencia de la tierra, es directa responsabilidad del mismo, si elude la discusión y no la impulsa sobre la reforma agraria, la nacionalización de la banca, el comercio exterior, las empresas enajenadas, solventadas, subsidiadas por el mismo, es directa responsabilidad del mismo. Y cuando decimos gobierno, es todo el gobierno, el ejecutivo y el legislativo; todos bailan al compás de la misma música: el neoliberalismo.Así que los chacareros quieren ganar mucho? Que noticia escalofriante, entonces deberían postularse para algún cargo político. Así ganan quizá como en el primer mundo, encima se dan auto-sueldos y aumentos cuando los necesitan para seguir llevando una vida bastante holgada. Los chacareros, señor diputado, son la base del campo argentino con su fuerza de trabajo, junto con la fertilidad de nuestros suelos, todavía vírgenes casi comparados con los del viejo mundo. Y serán la base de una verdadera revolución agropecuaria cuando sean miles y varios miles más en todo el país, lleno de colonias productivas, cada una de los productos que correspondan técnicamente en cada zona, y bajo una planificación central de las diferentes zonas del país, y bajo un poder central, también planificado. Le suena la palabra? Entonces no tendremos especulación, hipocresías, malos entendidos, maniobras para eludir los compromisos adquiridos, escondidas de los productos para no tributar. No tendremos libertad para hacer cualquier negocio en cualquier lugar y a quien se le ocurra, por supuesto sabemos que se les ocurre solo a los que tienen dinero. Y no lo tiene el chacarero precisamente, ni el laburante común. Ni el peón de campo, ni el docente. Mire, y casualmente el país se va a inundar de cooperativas (le suena también esta palabra?), de pequeñas y medianas fábricas para ayudar a la mejor mecanización agrícola y ganadera, cada día más eficiente (le suena esta palabra?). Necesariamente no tendrá que haber más macris en La Argentina, y quizá más diputados, senadores, jefes de gabinetes, presidentas, como los actuales; ni hablemos de los sindicalistas. Y esto va a suceder señor diputado, es inevitable, lo dice la historia de la humanidad. Solo que en nuestro querido país nos estamos atrasando un poco, tenemos un pequeño problema de hace 60 años más o menos, pero ya lo superaremos. Ni siquiera estamos como nuestros vecinos cercanos de Latinoamérica; claro, se disimula muy bien porque hay mucha riqueza. Casi interminable. Tanto que es una plaza hermosa para la inversión extranjera por millones de dólares en tierras argentinas. Sabemos que esto se soluciona de un plumazo, igual que la deuda externa o eterna, o la deuda interna o eterna; pero antes debemos depurar nuestros ciudadanos para ver quién quiere un país distinto, quién quiere que la renta nacional sea para todos los argentinos y las futuras generaciones. Quién quiere ponerse a laburar en lo que sabe, en lo que puede, en una economía planificada, y está dispuesto a resignar privilegios, sueldos, jubilaciones de privilegio, quizás horas de sueño los primeros años. Nada es gratis, todo cuesta y organizar un país distinto nos va a costar sangre y lágrimas, pero es posible.