(los humedales del Oeste de La Pampa, quizás son un reducto para defendernos de la inutilidad,
inoperancia,
hijueputes, hipocresía, y demás de nuestros gobernantes. . . .?)
El desbaste del País.
Los titulares de tapa de los periódicos, y de noticias dentro de los mismos, son claros.
Se está desarrollando toda una obra de teatro escrita hace ya casi 60 años en nuestro País. Gobierno tras gobierno, capítulo tras capítulo van desarrollando la Obra maestra que es el libro de cabecera de los gobernantes.
El libro gordo de Petete.
Quedan los restos humeantes de lo que fue un mal País, desorganizado, injusto, ineficiente en la expoliación de las riquezas interminables, con gobiernos corruptos, delirantes, asesinos, inflacionistas, etc, etc. Comprobamos una vez más la renovación de la renovación.
Borrón y cuenta nueva. Lo pasado pisado, no importa, olvidémoslo, pensemos de ahora en más, ya está, las peleas y los reproches entre compatriotas solo lleva a dilatar por siempre el engrandecimiento y desarrollo. El ladrón cuida el tesoro del Banco y el asesino vigila a los familiares de sus víctimas. Tiremos todos juntos. Claro, no importan las diferencias, tenemos que tirar al lado de Jorge M. y de Néstor A. y de Néstor A. y de Rubén M. y de Manuel B. y de Néstor B....., de Jorge R. (y de varios miles y miles más), no importa porque esta gente si sabe, son capaces, trabaja por el País, invierte en el País millones de dólares, son empresarios emprendedores que necesita el País y en definitiva son el ejemplo de todos los argentinos que los votaron. Por eso los votaron. Si se robaron todo por lo menos lo invierten acá, aunque tengan algo allá. Pero además son nuestro ejemplo, hay que entrar en el sistema y seguir su ejemplo, entonces mañana, aunque sea nuestros hijos, robarán y serán ricos como ellos, y entrarán en su círculo social, y dirán a los periodistas de turno, “no te metas con los míos, porque yo estoy acá porque me votaron, no te hagas el vivo porque te demando”. Las diferencias son genéticas en definitiva porque yo llego a esto porque soy más vivo y estudié y tengo un título y me capacité. En este País llega el que quiere, a tener todas las cosas materiales. Si es rico. Interminable en recursos naturales. Sin techo para la producción agropecuaria por ahora. Pero hay que tener iniciativa, inventiva, capacitarse, presentar proyectos, y seguir votando a nuestros héroes modernos.
Con lo que no contó el gran cráneo argentino, autor del libro gordo, que estamos en Latinoamérica, y por suerte esta cultura no se estableció en el resto de los países hermanos. Esa es la única esperanza que tenemos en nuestro País, que vengan de algún otro vecino en cualquier momento y nos transformen, nos influyan con su gran diferencia, y en definitiva nos ayuden a librarnos de este lastre de más de 50 años.
Además, esto que estamos viviendo lo pergeñaron en la década del 60, y comenzaron a aplicar inmediatamente, paso a paso y en todos los países. Hubo diferencias en estos países, y de ahí la distinta ferocidad de las dictaduras cívico militares para masacrar a los militantes y a los no militantes, para quitarles todo, pasando por sus bienes y terminando en lo principal: su identidad.
“Devolvé la bolsa, devolvé”,....dice una canción popular. La corean los jóvenes en los recitales, por miles. “Tienen el poder y lo van a perder”,... dice otro verso, y lo corean con más furor. Que se haga realidad. No hay duda que se hará realidad. Son responsables ellos porque los conmina la historia. Si no, desapareceremos como especie. Linda definición: individuos con características semejantes que se pueden reproducir y dar descendencia fértil. Ojalá que cierta descendencia sea infértil. Y si no tenemos la esperanza de la selección natural. Que de los oprimidos, vilipendiados, masacrados, expoliados en sus riquezas, humillados en su dignidad, perdidos en su identidad; surjan individuos con resistencia, que reproduzcan por millones sus genes y entonces si, quizás, algún día, no queden ni rastros de Petete, y podamos por fin recuperar la bolsa, el poder y la identidad.
Un argentino que vive en una isla (renegado)