miércoles, 3 de junio de 2009

pescar con mosca



Como diríamos un sueño de hace mucho tiempo. Lo observé mil veces en ..."nada es para siempre o el río de la vida"..., escenas donde los hnos van a pescar, que era como un rito para ellos, un desafío con cada uno de sus detalles; donde competían con el padre, pescando, en una comunión que entiende solo quien lo a hecho; escenas donde Brad Pitt elije la mosca correcta, acomoda sus cigarros en el sombrero, porque sabe lo que se viene, tiene la suerte de encontrar el bicho exacto, lo hace picar y lo hace ir río abajo, hundiéndose en los rápidos, observado atentamente por su hermano y su padre, que lo siguen por la orilla; escenas como el placer enorme de tener ese pescado en las manos luego de semejante travesía, en fin. Alguna vez haré ejercitar mis brazos para darle unas curvas a la línea, que serpentee por encima del agua, que levante gotas de ansiedad, que nebulice el agua dulce de algún río o lago de mi país, para finalmente caer sobre el agua, o no, porque no la ha dejado alguna atrevida trucha. Hoy siento el gusto de lo que voy a hacer algún día, no muy lejano. El placer de la pesca, enmarcado en paisajes que no se pueden describir por su hermosura.
Lo hice en el mar varias veces: borriquetas, pejerreyes, corvinas, alguna raya y hasta un lenguado. Siempre de vacaciones con la caña al hombro, aunque viajara a dedo. Primero un reel viejo rotativo, luego uno frontal, chiquito, pero rendidor. San Pedro, el rio de la Plata, General Belgrano río Salado, costanera en Buenos Aires: bogas, pejerreyes, bagres y dentudos. Otra cosa no he sacado. Pero el gusto de clavar la caña en la arena de la playa, poner la chicharra, mientras se hacen otras cosas. Y lo mejor, estar con el pulso en la línea hasta sentir que algo se mueve en la otra punta. Y tratar de engancharlo.

Más adelante con mi cañita de fibra, y el reel chiquito frontal, a las inmensidades del sur. Lago Gutierrez, Nahuel Huapi, río Limay. Nada. Mojando las cucharitas, viendo saltar a los bichos sobre el agua. Otra oportunidad, en el río Aluminé. Ahí si, enganchando una trucha enorme hasta el borde de la balsa, donde hizo trámites para desprenderse. Es como si la hubiese sacado, el corazón a mil revoluciones, en esas inmensidades de rocas , mimbres y araucarias.

los satélites

Recuerdo seguido las noches que nos llevaba el viejo a la esquina de la Usina del pueblo, del vasco Arriarán, a ver los satélites. El estaba informado y sabía que pasaban. Eran los comienzos de la era espacial, allá por el año 61 o 62. El cielo lleno de luces, pero algunas se movían, y el sabía los motivos y nos contaba. Era solo mirar arriba con la silueta de el recortada allí también, y los cuentos de la perra laika y yuri gagarín. Y los juegos previos, como la carrera por la vereda, que era la misma del avistaje. Por supuesto a la pasada una patadas en el portón de Bartolo para torturarlo al perro y con los retos de Cacho. Y los relatos de los Sputnik, la perra laika y el astronauta gagarín.

Otras noches, casi todas, eran en la misma esquina, con el tío Manuel y la tía Rica, donde nos soportaba el vasco que le garroneáramos un chiquito de cinzano. Era todo un descubrimiento como el vasco pelaba y calentaba las naranjas en la hornalla. Claro, poca dentadura. Y el ida y vuelta a la otra esquina, nuestra casa, pasando por el salvador portón de los dientes del Batuque. De día, era otra estrategia, una parábola a la altura del portón, que estaba abierto, y con unas miradas de reojo, por supuesto.
O los partidos de futbol en el comedor de la casa, hasta que se enojaba uno y pateaba las puertas. Pitazo final.
O los juegos en la cama grande, previo comienzo de Los Chalchaleros, en un programa de folklore, .."desde el llano a la montaña, cosechando con rotania "·... y luego comenzaban a cantar la zamba del chalchalero: lairalaila lairalaila lairalaila la ......
O el club de futbol "club atlético los amigos ", donde dirigía el viejo y mamá hacia todo, menos los botines sacachispas. Y los sabidos gritos desde la raya de cal. "no la riiiiiifennnnnn"
O la llegada de los reyes magos, la noche previa, intranquilos, tratando de adivinar, y más adelante tratando de descubrir realmente si eran los viejos.

lunes, 1 de junio de 2009

milonga para pablito




Un día 2 de junio de 2006, por primera vez fuimos con un amigo a los pagos de La Puntilla, 4 leguas al oeste del pueblo de Santa Isabel. El asunto era averiguar si podíamos conseguir permiso para instalar colmenas a orillas de Atuel, en los bañados. Resultó bien el cometido. Así conocimos a Enrique Zavala y su familia, a los Zúñiga, a los Dominguez, y también al personaje motivo de estos renglones. Un paisano de a caballo, conocedor de los mismos, de su ambiente, de los chivos, de las mulas, de la gente y sobre todo: un buen tipo. Don Pablito Fuentes.
A la Puntilla llegamos, una primavera tibia
y aunque los coma la envidia, describiré este paisaje
y también el paisanaje, que vive en estos lugares
esquivando arenales, y con espinas lidiando.

Traqueteando por el ripio, y las abejas volando
de a poco vamos llegando, por el camino serrucho
aunque uno no es muy ducho, pa´andar en los arenales
como que yo soy gonzález, desde ya les anticipo.

Y echamé los chivitos pal corral
que los vamos a encerrar, que los vamos a encerrar
Y echamé las chivitas pal corral
que las vamos a agarrar, que las vamos a agarrar.

Pablito Fuentes te hospeda, con solo llegar al puesto
y al ser un hombre dispuesto, uno vuelve muy contento
conociendo el elemento, que nunca le esquiva el bulto
hace un asado al segundo, que nunca a nadie le niega

Conocedor del paisaje, y de lo que alli se mueve
es como que solo tiene, atención pal visitante
y nunca le haga un desplante, porque no se lo merece
y como que se entristece, cuando uno se va de viaje.

Y echamé los chivitos pal corral, que los vamos a encerrar
que los vamos a encerrar.
Y echamé las chivitas pal corral
que las vamos a agarrar, que las vamos a agarrar

Entre alpataco y jarilla, con las colmenas cinchando
apena estamos llegando, y ya comienza el asunto
tamarindos muy profundos, pichanas y romerillos
matorros jumes tomillo, algarrobo y pichanilla

Por culpa de una picana, varios vecinos comiendo
y un peludo se está haciendo, al rescoldo de las brasas
vamos pal lao de las casas, que es una carpa de lona
y anote que esto no es broma, no es cuento ni es pura fama.

Y echamé los chivitos pal corral
que los vamos a encerrar, que los vamos a encerrar.
Y echamé las chivitas pal corral
que las vamos a agarrar, que las vamos a agarrar.